Agregar tierras cultivables a su cartera de inversiones aumenta la diversificación con poco o ningún incremento en el riesgo de inversión. Esto es especialmente cierto en comparación con otros tipos de oportunidades de inversión. Cuando las tierras cultivables fértiles y las granjas están bien administradas son recursos renovables que mientras se sigan aprovechando permanecen productivos y rentables. Además, como activos físicos y de solidez, tienen potencial para un suministro inagotable de cultivos y alimentos. Este tipo de inversiones cumplen una función importante y es improbable que pierdan valor como resultado de la volatilidad de los mercados financieros.